2.02.2009

El refugio del pequeño gran saxofonista

A los periodistas nos cuesta hablar de los amigos, sobre todo públicamente, pero si tuviera que preparar un discurso para presentar al saxofonista Mario Olivera frente a un auditorio tan serio como presumidamente docto, diría: "Señoras y señores, este pequeño hombre está bastante loco; toca 18 horas diarias el saxo tenor en el altillo de su casa, maltrata a su pobre perra ovejera, guarda ajos remojados en agua en la heladera, se pelea con los vecinos, sueña que vuela sobre una ciudad más roja que su cara y da largas charlas sobre cómo reacondicionó el estuche de su viejo caño y también de su apasionada visión sobre la música que hace y defiende a capa y espada. Y no será algo difícil encontrarlo en medio de la madrugada gritando desde su metro cincuenta: «¡Yo no hago jazz, yo no toco jazz!, ¡no me jodan!». Señoras y señores: escuchen "Mi refugio", su último y reciente álbum, junto al joven y siempre sonriente pianista Leonel Lúquez (su mejor complemento y una especie de campo de flores donde el saxofonista cascarrabias aplaca su genial locura), decía, escuchen este disco y sepan de qué estoy hablando, porque el inconformista y barbado saxofonista del altillo, al fin, encontró el sonido perfecto. Así es. Para eso tuvo que abandonar el carraspeo camorrero de Piazzolla y también el murmullo imperceptible de Jobim; en definitiva, sonidos prestados. No nos animábamos a decirle: «¡Parala con Piazzolla, Enano!», porque temíamos su venganza. Ahora su saxofón suena liberado y no se retuerce en un sube y baja de notas furiosas que, ojo, estaban buenas, pero los amigos sufríamos porque imaginábamos al saxofonista volatizándose en medio de una explosión. Ahora suena tranquilo, casi erudito como en un disco del pulcro sello alemán ECM. Y aunque él no quiera admitirlo sigue tocando jazz, esa música que tanto ama y odia al mismo tiempo. Si no escuchen «Margarita Gauthier», una versión que emociona, o «Flores negras» de De Caro... Sí, lo mejor que el Enano tocó en su vida está en este CD. Señoras señores, este pequeño gran hombre ya está presentado, sólo escúchenlo tocar sus nuevas versiones y descubrirán la ternura del mismísimo diablo". Esto diría, exactamente.

Por José L. Cavazza.Para Diario La Capital.Publicado el día viernes 10 de noviembre de 2006.